JUGADA BRUSCA

Lectura: 1 Timoteo 5:17-25.

"Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar" 1 Timoteo 5:17

Estaba en un encuentro de fútbol americano donde jugaba mi nieto, que iba al octavo grado, cuando el árbitro indicó que había existido una falta y detuvo el partido. Al parecer, después de haber arrojado el balón, el muchacho que la había pasado, fue tacleado, lo cual hizo que se lanzara una bandera que indicaba el penalti. El comentarista, desde la cabina de prensa, dijo: «Hay una bandera en el campo. La falta fue jugada brusca al pastor… Quise decir, jugada brusca al pasador». En cuanto escuché eso, pensé: ¡Hoy Dios podría sancionar ese penalti a algunas iglesias!

No significa que los pastores sean perfectos. Si esto fuera lo que buscamos, la norma sería tener iglesias sin pastores. Lo que sucede es que Dios nos indica honrar a quienes nos lideran espiritualmente, en particular, a «los que trabajan en predicar y enseñar» (1 Timoteo 5:17). En mi opinión, la labor de pastorear es una de las más difíciles del mundo. Vivimos en un mundo sofisticado, apresurado y complejo, y nuestras expectativas de un pastor de «alto rendimiento» suelen establecer el parámetro a alturas inalcanzables.

Por lo tanto, cambiemos el enfoque y convirtámonos en miembros de alto rendimiento en iglesias que honren a sus pastores con palabras de aliento y con oración. Una nota de reconocimiento o un «gracias» al entrar a la iglesia servirán muchísimo para estimular a los pastores a servir con gozo y eficacia.

Reflexión: No seas brusco con tu pastor; pásale hoy un poco de ánimo.

Fin de semana al servicio de DIOS

Sábado 16 de julio. Las tormentas de los días anteriores y la posibilidad de que el fin de semana también lloviera no nos detuvieron. Habíamos encomendado a Dios las jornadas, y como el profeta Elías, nos atrevimos a pedirle que detuviera la lluvia por lo menos este fin de semana para que los niños, niñas y jóvenes pudieran llegar, para que pudiéramos sembrar Su Palabra y hacer la obra que a Él le agrada.


A las 9 de la mañana del sábado ya estaba todo listo. Por los parlantes se escuchaban las alabanzas, que se interrumpían cuando se hacía la invitación a vecinos y familias a llegar junto a sus hijas o hijos. La jornada de la mañana fue preparada para predicar y divertirnos junto a los más “pequeños” de la congregación y de la colonia.

En sus marcas…

Las niñas y niños se organizaron en grupos para las competencias… pero antes de arrancar se les concentró para orar juntos, para ministrar sus vidas y declarar que estas generaciones son y serán bendición para otras vidas en esta colonia, para el país y que servirán a nuestro Dios.


En sus marcas, listos y comenzamos las competencias. De modulo en módulo los niños, competían, reían, divertían y aprendían. Su mejor esfuerzo por ganar era evidente. Bajo los canopi se cubrían del sol algunas madres que llegaron para animar a sus hijos y algunas hermanas de la congregación que llegaron para sumarse al trabajo evangelístico del día.


Un misión de hermanos que nos visitó desde Pennsylvania, Estados Unidos, se sumó con buen ánimo para ayudar a guiar a los niños participantes… corrían junto a ellos, sonreían junto a ellos, se asolearon también junto al equipo de la congregación que organizó y dirigió las competencias.


Hacia la meta

Llegó el mediodía. Momento que aprovechamos para premiar al grupo ganador de las competencias, para tomar un descanso y -de nuevo- preparar las competencias de la tarde. Esperábamos la asistencia de por lo menos 50 jóvenes de la colonia.


Un par de nubes oscuras nos hicieron pensar que tendríamos lluvia por la tarde. Sin embargo, Dios permitió que iniciáramos y finalizáramos la jornada vespertina con cielo despejado.


Los equipos de jóvenes fueron organizados con los nombres de las diferentes tribus de Israel en el tiempo antiguo: Judá, Benjamín, Dan, Rubén, etc. Lo anterior nos permitió hablarles a los jóvenes participantes acerca de la Palabra de Dios.


Después de la oración inicial arrancaron las competencias con obstáculos, las cuales se fueron intensificando en su nivel de dificultad.


Los jóvenes se enfrentaron no sólo obstáculos físicos, si no también al reto de trabajar en equipo, al esfuerzo personal, al hecho de tomar decisiones en pocos minutos, soportar la presión, etc. A situaciones similares, sin duda, tienen que enfrentarse en su vida los jóvenes y el cristiano en general también.


Llegadas las 5 de la tarde el cansancio era notorio. Todos los equipos se esforzaron al máximo, pero solo uno logró los mejores tiempos para ser reconocido como el ganador.


La tarde daba paso a la noche. El equipo organizador se sentía satisfecho, ya que una vez más la Palabra de Dios se presentó de una manera atractiva, dinámica e integral. Además del descanso por la noche, solo quedaba esperar la mañana de domingo y reunirnos para adorar al Señor.


La jornada del domingo continuó con el torneo relámpago en el cual también se predicó la palabra del Señor. Este también dio inicio al nuevo campeonato cuyo propósito es alcanzar más almas para Cristo… continuaremos compartiendo los avances del torneo de fútbol, y de otras obras que se emprendan para la gloria de Dios.


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Fin de semana al servicio de DIOS

Sábado 16 de julio. Las tormentas de los días anteriores y la posibilidad de que el fin de semana también lloviera no nos detuvieron. Habíamos encomendado a Dios las jornadas, y como el profeta Elías, nos atrevimos a pedirle que detuviera la lluvia por lo menos este fin de semana para que los niños, niñas y jóvenes pudieran llegar, para que pudiéramos sembrar Su Palabra y hacer la obra que a Él le agrada.


A las 9 de la mañana del sábado ya estaba todo listo. Por los parlantes se escuchaban las alabanzas, que se interrumpían cuando se hacía la invitación a vecinos y familias a llegar junto a sus hijas o hijos. La jornada de la mañana fue preparada para predicar y divertirnos junto a los más “pequeños” de la congregación y de la colonia.


En sus marcas…

Las niñas y niños se organizaron en grupos para las competencias… pero antes de arrancar se les concentró para orar juntos, para ministrar sus vidas y declarar que estas generaciones son y serán bendición para otras vidas en esta colonia, para el país y que servirán a nuestro Dios.


En sus marcas, listos y comenzamos las competencias. De modulo en módulo los niños, competían, reían, divertían y aprendían. Su mejor esfuerzo por ganar era evidente. Bajo los canopi se cubrían del sol algunas madres que llegaron para animar a sus hijos y algunas hermanas de la congregación que llegaron para sumarse al trabajo evangelístico del día.


Un misión de hermanos que nos visitó desde Pennsylvania, Estados Unidos, se sumó con buen ánimo para ayudar a guiar a los niños participantes… corrían junto a ellos, sonreían junto a ellos, se asolearon también junto al equipo de la congregación que organizó y dirigió las competencias.


Hacia la meta

Llegó el mediodía. Momento que aprovechamos para premiar al grupo ganador de las competencias, para tomar un descanso y -de nuevo- preparar las competencias de la tarde. Esperábamos la asistencia de por lo menos 50 jóvenes de la colonia.


Un par de nubes oscuras nos hicieron pensar que tendríamos lluvia por la tarde. Sin embargo, Dios permitió que iniciáramos y finalizáramos la jornada vespertina con cielo despejado.


Los equipos de jóvenes fueron organizados con los nombres de las diferentes tribus de Israel en el tiempo antiguo: Judá, Benjamín, Dan, Rubén, etc. Lo anterior nos permitió hablarles a los jóvenes participantes acerca de la Palabra de Dios.


Después de la oración inicial arrancaron las competencias con obstáculos, las cuales se fueron intensificando en su nivel de dificultad.


Los jóvenes se enfrentaron no sólo obstáculos físicos, si no también al reto de trabajar en equipo, al esfuerzo personal, al hecho de tomar decisiones en pocos minutos, soportar la presión, etc. A situaciones similares, sin duda, tienen que enfrentarse en su vida los jóvenes y el cristiano en general también.


Llegadas las 5 de la tarde el cansancio era notorio. Todos los equipos se esforzaron al máximo, pero solo uno logró los mejores tiempos para ser reconocido como el ganador.


La tarde daba paso a la noche. El equipo organizador se sentía satisfecho, ya que una vez más la Palabra de Dios se presentó de una manera atractiva, dinámica e integral. Además del descanso por la noche, solo quedaba esperar la mañana de domingo y reunirnos para adorar al Señor.


La jornada del domingo continuó con el torneo relámpago en el cual también se predicó la palabra del Señor. Este también dio inicio al nuevo campeonato cuyo propósito es alcanzar más almas para Cristo… continuaremos compartiendo los avances del torneo de fútbol, y de otras obras que se emprendan para la gloria de Dios.